El Gobierno Nacional declaró la emergencia sanitaria ante la circulación activa del virus de la fiebre amarilla en varias regiones del país y el riesgo de expansión hacia centros urbanos. La medida busca proteger la vida de la población, contener la propagación del virus y mitigar sus posibles efectos sobre la salud pública.
Se reiteró el llamado urgente a la ciudadanía a vacunarse contra la enfermedad a partir de los 9 meses de edad, incluyendo a las personas mayores de 59 años. Entre septiembre de 2024 y la fecha, en el país se han confirmado 75 casos y 34 defunciones, lo que representa una letalidad acumulada del 45,3 %.
Los casos están distribuidos en nueve (9) departamentos: Hasta la fecha, se han confirmado casos de fiebre amarilla en los departamentos de Tolima (59 casos), Putumayo (7), Nariño (2), Caquetá (2), Huila (1), Vaupés (1), Cauca (1), Meta (1) y Caldas (1). Las defunciones asociadas a la enfermedad se han registrado en ocho departamentos: Tolima (23 muertes), Putumayo (5), Caquetá (1), Nariño (1), Caldas (1), Cauca (1), Huila (1) y Meta (1).
La fiebre amarilla es una enfermedad viral transmitida por la picadura de mosquitos infectados. En sus primeras 24 horas puede manifestarse con síntomas como fiebre, dolor de cabeza y malestar general. En las siguientes 72 horas, los síntomas suelen intensificarse con manifestaciones gastrointestinales como vómito, diarrea y dolor abdominal. A partir del quinto día, pueden presentarse signos como ictericia (coloración amarilla en la piel y los ojos) y sangrado, que en personas no vacunadas puede conllevar a la muerte.
Es una enfermedad altamente prevenible mediante vacunación, y su letalidad oscila entre el 40 % y el 50 %.
Desde septiembre de 2024, el Gobierno Nacional ha desplegado una serie de acciones estratégicas para contener la propagación de la fiebre amarilla y proteger la salud de la población:
El brote ha mostrado una expansión progresiva, especialmente en zonas de la cuenca amazónica, del río Magdalena y en departamentos como el Meta, en un corto período de tiempo. Además, se han presentado casos en territorios donde históricamente no se habían registrado, como el municipio de Neira, Caldas, ubicado en zona cafetera.
Si bien desde 1929 no se ha reportado transmisión urbana de fiebre amarilla en Colombia, existe un riesgo potencial de reemergencia, debido al ingreso frecuente de personas a áreas enzoóticas —donde circula el virus en su ciclo silvestre a través de especies de mosquitos de los géneros Sabethes y Haemagogus— y su posterior desplazamiento a zonas urbanas ubicadas por debajo de los 2.200 metros sobre el nivel del mar, donde habitan especies transmisoras del ciclo urbano como Aedes aegypti y Aedes albopictus.
El seguimiento epidemiológico ha identificado casos en centros poblados y periferias urbanas de municipios con baja densidad poblacional, lo que evidencia el riesgo de expansión hacia centros urbanos de mayor tamaño.
Frente a este escenario, la vacunación continúa siendo la herramienta más efectiva para el control de la fiebre amarilla. En el análisis de los casos fatales se ha evidenciado que las personas fallecidas no estaban vacunadas, lo que resalta la urgencia de aumentar las coberturas. Las entidades territoriales deben priorizar la inmunización de toda la población mayor de 9 meses en los municipios de alto riesgo y fortalecer la estrategia de intensificación en el resto del país.
“Con la declaratoria de emergencia por fiebre amarilla, estamos intensificando las acciones para proteger a toda la población. Nuestros Equipos Básicos de Salud, que suman más de 10.000, continúan desplazándose para vacunar a todas las personas en los lugares más alejados del país, especialmente en zonas de alto riesgo. La vacuna es gratuita, segura y se aplica en una única dosis, al menos 10 días antes de ingresar a zonas de riesgo” aseguró el ministro de Salud y Protección Social, Dr. Guillermo Alfonso Jaramillo.
El señor ministro también añadió que se fortalecerán las casa a casa, en instituciones educativas, terminales de transporte, instalaciones militares y de policía, y otros espacios colectivos. Además, se reforzarán las medidas de control del mosquito y se garantizará el acceso inmediato a servicios de salud sin barreras.
Considerando lo anterior, y en el marco de la declaratoria de emergencia sanitaria, se adoptan las siguientes medidas a nivel nacional para contener el brote de fiebre amarilla, proteger la vida de la población y garantizar una respuesta articulada del sistema de salud:
La directora del Instituto Nacional de Salud, Diana Marcela Pava, reiteró que el deber es proteger la salud y vida de los colombianos.
“La medida de declaratoria de emergencia sanitaria se sometió a un ejercicio riguroso de evaluación del riesgo, que es un ejercicio que está avalado a nivel internacional para establecer el nivel de riesgo en el que se encuentra el país”, explicó la directora quien añadió que, “gracias a este ejercicio se tomaron las medidas” que se dieron a conocer por parte del Ministerio de Salud.
Por su parte, el viceministro de Salud Pública, Jaime Urrego afirmó: “Esta emergencia tiene un énfasis preventivo. La vacuna salva vidas y esta emergencia nos recuerda que debemos extremar la prevención. Hay dos puntos clave: el cambio en el comportamiento de la enfermedad y el riesgo de urbanización, especialmente en municipios por debajo de los 2.200 metros donde debemos vacunar a toda la población. No buscamos generar temor, sino actuar de manera conjunta con expertos para detener la fiebre amarilla.”
“Colombia es un Estado social de derecho, donde prima el derecho a la vida y a la salud. Según el artículo 69 de la Ley 1753 de 2015, es el Ministerio de Salud y Protección Social el ente rector competente para declarar una emergencia sanitaria en caso de epidemias que pongan en riesgo la salud pública del país. Este virus está presentando una rápida transmisión, por lo que hacemos un llamado a las entidades competentes para tomar las medidas necesarias y evitar su propagación.”, aseguró el secretario general, Rodolfo Salas.
El Ministerio de Salud y Protección Social hace un llamado a la corresponsabilidad de todos los actores del sistema de salud, autoridades territoriales y comunidad en general para hacer frente a esta emergencia y proteger la vida.