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Miércoles, 22 Agosto 2018 17:54

Acerca de la reunión de los comandantes patriotas el 16 de julio de 1816, en la Villa de Arauca

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Por: *Delfín Rivera Salcedo

Entre 1810 y 1816 las guerrillas de Casanare solo lograron detener a medias el avance del ejército español desde el oriente hacia la Nueva Granada.

En mayo de 1816 llagaron a Santafé Latorre y Morillo ofreciendo indulto seguro a toda progenie de personas comprometidas en la revolución. Los más distinguidos patriotas tuvieron por prudencia evitar la vista de los pacificadores, sin embargo, algunos cayeron en sus manos, y un gran número de patriotas pagaron con la vida la confianza en el perdón ofrecido por Morillo y su segundo el mariscal Enrile en nombre del más piadoso de los soberanos.

Después de la victoria de  los ejércitos patriotas, el 31 de octubre de 1815 en el Banco de Chire, en la Mata de miel el 14 de diciembre de 1815, en Palmarito el 2 de febrero de 1816 y nuevamente en la Mata de Miel el 14 de febrero de 1816;  en abril de 1816, Camilo Torres Tenorio, Presidente de la Primera República, acepta el inminente desmoronamiento de la república Neogranadina y encarga del mando del ejército al general Manuel Serviez junto al coronel Francisco de Paula Santander y transfirió el gobierno a Manuel Fernández Madrid. Como Manuel Serviez propuso que el ejército permaneciera en los llanos y se uniera a la columna del venezolano Miguel Valdés y al ejército de oriente, la oficialidad patriota rechazó la propuesta y por ello Santander y Serviez iniciaron la retirada el 4 de mayo de 1816 con 56 hombres de infantería y 150 de caballería.

El 23 de junio de 1816, Serviez y Santander llegan a Pore al mismo tiempo que las divisiones realistas bajo el mando del general La Torre y el coronel Villavicencio. El 29 de junio en Guachiría se presentó una refriega con las tropas de Villavicencio a las que los patriotas obligaron a retirarse a la cordillera. El 1° de julio Santander y Serviez llegan a Chire donde se encontraron con Rafael Urdaneta que había llegada a Casanare después de ser derrotado en Balagá. El 10 de julio de 1816, Latorre ocupa a Pore y ordenó la ejecución de siete rebeldes, entre ellos Francisco Olmedilla, a quien los españoles capturaron en Santa Rosalía Vichada. Latorre parte de Pore hacia Venezuela dejando parte de su ejército para defender la Capital e incendiar la población de Chire.

Mientras tanto las fuerzas patriotas en Casanare estaban conformadas así:  la primera columna al mando del general Manuel Serviez y el coronel Santander, recién llegados del interior del país y la segunda bajo el comando del general Rafael Urdaneta y Juan Nepomuceno Moreno conformada por casanareños. Además de las guerrillas dirigidas por Ramón Nonato Pérez en Arauca. En Venezuela al otro lado del río Arauca, en Trinidad de Arichuna, el Coronel Miguel Valdés y José Antonio Páez comandaban un ejército de venezolanos.

Pero, la ambición de poder, y el antagonismo por la profunda animadversión entre granadinos y venezolanos resquebrajaron la unidad del ejército. Veámoslo:  El presidente Fernández Madrid nombró como Comandante del Ejército de Oriente a Rafael Urdaneta y el Coronel Valdés se negó a transferir sus funciones al nuevo comandante por lo que Urdaneta se declaró dictador en Casanare y Jefe supremo del ejército. Entonces, Valdés respondió enviando un escuadrón a Guasdualito para derrocarlo. Cuando Serviez y Santander llegaron a Chire, el Coronel Moreno se había autonombrado Gobernador de Casanare, Urdaneta tenía a su cargo la defensa de la provincia y Valdés seguía denominándose Comandante del Ejército de Oriente.

Así se desmoronaban las tropas libertarias de Casanare. Viendo tan desolador escenario, el Coronel Valdés, invitó a los demás a una junta a realizarse en la Villa de Arauca para buscar la unión de las tropas bajo una sola autoridad que se comprometerían a respetar y obedecer[1]. Al ser aceptada la propuesta, el 16 de julio de 1816, se reunieron en la Villa de Arauca, Valdés, su auditor de guerra Unda; Santander, con poderes de Serviez y Urdaneta; Juan Antonio Paredes; Miguel guerrero, Fernando Figueredo, Miguel Antonio Vásquez, José Antonio Páez, José María Carreño, Domingo Mesa, Francisco Conde y Juan Pablo Burgos, como apoderado del gobernador de Casanare. Valdés leyó un manifiesto en el que denotaba lo dramático de la situación y la urgente necesidad de conjurar los peligros de permitir el avance de las tropas realistas. Planteaba además la necesidad de nombrar un jefe único para el ramo civil y otro para el militar y finalmente pedía que lo exoneran del mando teniendo en cuenta que sus enfermedades le impedían continuar en él.

 La asamblea aprobó la sugerencia de Valdés surgiendo de dicha reunión del 16 de julio de 1816 en la Villa de Arauca, la proclamación de una república y la elección de Fernando Serrano, antiguo gobernador de Pamplona para el cargo de presidente; al jurisconsulto venezolano doctor Francisco Javier Yáñez para secretario general y el Coronel Francisco de Paula Santander fue nombrado como comandante en jefe del ejército; a los generales Rafael Urdaneta y Manuel Serviez se les asignó el cargo de consejeros de Estado.  Aunque el Coronel Santander rehusó aceptar el nombramiento, los demás asistentes a la reunión lo instaron a aceptar tal responsabilidad; igualmente, se decidió trasladar el ejército y los refugiados civiles a Guasdualito. Ramón Nonato Pérez rechazó la invitación que le hiciera Santander de unirse a las tropas bajo su mando y decidió permanecer en Cuiloto con doscientos soldados, numerosos civiles y mil caballos[2].

Dos meses después del nombramiento como comandante en jefe del ejército del Coronel Santander, el 16 de septiembre de 1816, tres escuadrones en Trinidad de Arichuna, quisieron deponerlo del mando. Veamos lo que dice Santander de ese episodio:

“…a los dos meses de mi nuevo mando, los emigrados de Venezuela, hicieron revivir los celos entre granadinos y venezolanos…Se quiso deponerme del mando haciendo revelar a tres escuadrones y yo lo impedí presentándome con mi espada en la junta de oficiales que estaban disponiendo el modo de verificarlo, y después frente a dichos escuadrones…Reprimida esta tentativa yo no debía continuar mandando unos hombres propensos a la rebelión y en un país donde se creía deshonroso que un granadino mandase a venezolanos. Renuncié al mando ante el presidente Serrano me fue aceptada la renuncia, y nombró al comandante José Antonio Páez, distinguido siempre por un valor poco común…[3]

Páez accedió y suprimió el gobierno civil creado en La Villa de Arauca el 16 de julio de 1816. Se declaró dictador, organizó el ejército en brigadas de caballería una a cargo del general Rafael Urdaneta, otra al mando del Coronel Santander y la reserva a cargo de Manuel Serviez.

 

* Delfín Rivera Salcedo, es presidente Centro de Historia Ramón Nonato Pérez de Trinidad, miembro correspondiente de la Academia Boyacense de Historia, miembro de número de la Academia de Historia del Meta y académico de la Sociedad Santanderista de Colombia

[1] Archivo general José Antonio Páez. 1946, p.89-95

[2] Ibidem

[3] Archivo publicado por Restrepo tirado, I-40

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