Casi seis horas permanecieron secuestrados por guerrilleros del ELN, siete contratistas casanareños, en área rural de Sácama, hasta que fueron rescatados en una operación conjunta y coordinada del Ejército la Fuerza Aérea Colombiana y la policía Nacional, en las horas de la tarde.
El Coronel Ciro Espinel Luengas, comandante de la Fuerza Aérea en Casanare, explicó que los jóvenes, miembros de una empresa contratista dedicada al mantenimiento físico de internados escolares, fueron retenidos ilegalmente por integrantes del frente Adonay Ardila Pinilla, hacia el mediodía, cuando se desplazaban por un sector de la vereda Agua Blanca.
Los contratistas iban en un vehículo tipo NPR roja, de placas QDX- 464 por la vía que conduce hacia el resguardo indígena Barro Negro, y se dirigían a desarrollar labores en los internados de La Salina, cuando fueron interceptados y retenidos contra su voluntad.
Las víctimas de secuestro fueron identificados como Edgar Lozano Barragán, Carlos Sánchez Méndez, Yeison Oliver López Huertas, Bladimir Panche Aragonés, Ricardo Antonio David Pineda, Hernando Barragán y William Arley Galán Ramos.
Les pidieron vacuna
Al respecto, Hernando Barragán, quien conducía el vehículo narró cómo sucedió el secuestro.
“Nos aborda una persona en una moto y nos dice que no podemos continuar”, luego les pidieron “la boleta” y cuándo preguntó a qué se refería, el sujeto le dijo que a “la vacuna”.
Al ver que no tenían el ‘requisito’, el hombre les ordenó entregar las llaves del carro y bajarse del mismo, porque no podían continuar. En seguida llegaron tres personas más, armadas, que se identificaron como miembros de la guerrilla del Eln.
Allí los mantuvieron alrededor de 40 minutos y luego los llevaron hasta otro sitio, a más o menos tres kilómetros de distancia, donde permanecieron cinco horas más.
Era la primera vez que los contratistas ingresaban a la zona de Sácama y La Salina, aunque ya habían trabajado en sectores como Maní y Recetor.
La operación de rescate
Finalizando la tarde, mientras esperaban con temor la llegada de la noche, los secuestrados vieron un helicóptero que se acercaba cada vez más. Inicialmente se preguntaban si lo estaban buscando, luego se escondían por miedo a un tiroteo o retaliaciones de sus captores, pero de repente recibieron un llamado para que se acercaran a la vía.
“Estábamos a la orilla del río, cuando vimos que el helicóptero aterrizó en la playa” y el Ejército llegó y les dijo que se fuesen rápido.
Mientras tanto los guerrilleros huyeron en sus motocicletas.
Igualmente el Coronel Espinel informó que la operación se desarrolló rápidamente, enviando primero un helicóptero de reconocimiento, seguido de otro con hombres del Ejército que desembarcaron “para cerrar en unos puntos y ubicar a las personas, que gracias a Dios después de esto se pudieron recuperar y traer en esta aeronave”, relató.