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Martes, 27 Junio 2017 15:30

Vida después de la guerra, experiencias exitosas de reintegración en Casanare

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Cuatro negocios en la ciudad de Yopal, dan cuenta de un importante logro de superación de ex integrantes de grupos al margen de la ley que tomaron la decisión de desmovilizarse y formar parte de los programas de la Agencia Colombiana para la Reintegración ACR, seccional Casanare, hoy Agencia para la Reincorporación y Normalización (ARN).

Paola Condía, representante de la ARN en Casanare,  se encargó junto a su equipo de trabajo de mostrar algunos de los resultados que evidencian resultados positivos y que han hecho posible creer que hay vida después de la guerra.

Los variados servicios que ofrecen forman ahora parte del comercio del municipio, así como algunos agropecuarios en el sector rural, sumándole al desarrollo local, cambiando estilos de vida y generando empleo.

Comprometidos profesionales de la ARN, realizan  capacitación, seguimiento y acompañamiento a las personas que antes eran incluso enemigos de bandos diferentes y que hoy tienen como meta la vida tranquila con propósitos firmes de crecer en sus empresas, razón por la cual,  la gestión de la Agencia ha consolidado apoyo de entidades como Equión, Terpel, Comfacasanare, entre otras que han aportado al proceso.

Historias de superación

Historias como  la de Luis,  quien escapó de las filas hace más de 10 años, y de los albergues pasó a iniciarse en el proceso de reintegración donde decidió capacitarse en mecánica y hoy cuenta con su propio taller, acreditado consolidándose con el apoyo de su esposa Ana, -quien se enamoró sin reservas de él-, asegurando que desde que lo conoció a pesar del temor infundado por su pasado, intuyó que era un ser humano bueno al que quiere y respeta junto a sus hijos.

Ernesto, vende pescado variado y fresco en un pequeño local y adicionalmente sale a las calles con una caja nevera en una bicicleta  para ofrecer a domicilio sus productos. Ama profundamente a su hijo, su gran motivo para  dejar las armas, se aferra a la paz de su día a día, que argumenta no cambiaría por ninguna propuesta de volver a su vida anterior.

Nelcy, una bonita y joven mujer, cuando se reintegró en el 2004, no había terminado su bachillerato, pero su afán de superarse la llevó a concluirlo, posteriormente se graduó como técnica en el SENA y se vinculó a un programa de prevención al reclutamiento y ahora es parte del equipo de la ACR.

Carlos, de otra parte tiene uno de los negocios más prósperos del grupo de desmovilizados, su visión de negocio  empezó cuando decidió emprender una nueva vida, al iniciar el proceso de reinserción al retirarse del grupo armado en la región del  Putumayo, donde se involucró por la cercanía de estos grupos a la comunidad.

Para él, trabajar ha sido uno de sus fuertes desde niño, razón por la que se dedicó a la venta puerta a puerta, pero luego se asoció con un amigo para emprender una empresa en Cundinamarca. Por circunstancias financieras finalizó, luego sin desvincularse de la ACR, continúo con su propia gestión  y trabajo, adquirió su unidad de negocio en el municipio de Trinidad, que hoy se expande a otros municipios del departamento

Sin embargo, el ex combatiente expresa que el acceso a crédito en los bancos no existía para ellos, a pesar de tener un buen hábito de pago, limitando de esta forma las posibilidades de crecer en sus ideas de negocio, esto antes de los acuerdos de la Habana, donde se estipuló que los actores del conflicto tendrán acceso al sistema financiero.

Concluye Carlos que, vale la pena estar lejos de las armas, que estar con su familia es un motivo para avanzar y seguir luchando, por cuanto el proceso de paz es una alternativa para muchos que como él, prefieren vivir aportando ahora al país, lejos de la violencia.

Nota. Los nombres de las personas de estas historias fueron cambiados para proteger la identidad de los mismos.

Leído 👁️ 1586 vistas Veces Última modificación el: Martes, 27 Junio 2017 18:51

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